A Tita la mas bonita y el asombroso Fervel

A menudo me preguntan por qué me gusta tanto escribir,  también de donde viene mi amor por las criaturas fantásticas, por la magia y las historias. Buena parte del crédito, la tienen mi familia y los libros, sin embargo, Tita y Fervel (creo que ese era su nombre artístico si la memoria no me falla) también tienen mucho que ver en ello.

Fueron vecinos mios durante toda mi infancia, vivían en una gran casa muy cerquita de la mía, en ella pasé innumerables tardes, jugando y viendo películas, y siempre lleno de ganas de aprender los secretos de la magia que Fervel esgrimía. Tita nos contaba cuentos de Colorín Colorado, todavía leo lo que ella escribe, y me vuelvo a sentir como si tuviese 5 años, en este momento no recuerdo una sola tarde de lluvia en su grata compañía, es como si el sol siempre se posara en esa casa llena de alegría, Andrés y José son sus dos hijos, grandes amigos de infancia, siempre de chispa vivía y de sonrisa entregada. Los pequeños magos siempre les decía mi padre quien disfrutaba tanto como yo de sus chistes y compañía.

Tita decía que fue bruja, yo pienso más bien que fue hada, siempre nos alcahuetea mucho, y nunca nos regaña por nada. Tenían una finca en fresno (Tolima) en exceso divertida, un par de perros gigantes, y un beneficiadero de café muy parecido a un viejo castillo.

Ahora que estoy recordando, se me vienen a la mente, las cabezas de los trajes de mickey mouse y bugs bunny  puestas sobre un escaparate de madera donde Fernando guardaba sus misteriosos artefactos de magia, cuando nadie me veía trataba de abrirlo, pero nunca tuve éxito, la cerradura también parecía ser mágica. Animaciones mágicas se llamaba su empresa de entretenimiento para niños, que feliz me sentí siempre en esa casa llena de curiosos objetos, nunca descubrí los secretos de la magia de Fervel, ahora que lo pienso bien lo agradezco en el alma, pues es gracias a eso que lo místico tanto me encanta, pues la magia nunca ha perdido para mi sus secretos. Así como escribir historias me gusta en gran parte a los cuentos que Tita tantas veces nos contó, y que ahora cuando escribe, los leo con tanto amor.


Ella se llama Rosalba, y el se llama Fernando, hace tiempo no los veo, pero los vivio recordando. Finalmente no me salen, todas las ideas que tengo, que difícil es ordenarlas cuando los recuerdos se empiezan a madurar, pero estoy seguro que ellos tanto como yo los van a valorar. Y colorín colorado, este desordenado escrito se ha acabado.