jueves, 25 de abril de 2019

Aunque no Quisiera Hacerlo


De tan larga espera
solo quedó el vacío,
llenando, a su manera,
al corazón con hastío

Se aburrió, muy lentamente,
y te relegó al olvido;
te remplazó amargamente
pues tu amor ha concluido.

Te extrañó ¡tan fuertemente!
qué perdonó tu afonía,
calló también amargamente
de tu marcha la agonía.

Se secó el amor divino
astragado por tu ausencia,
maldito corazón mezquino
tan carente de inocencia.

Por lo mismo adiós te digo
aunque no quisiera hacerlo;
si tuve tu amor conmigo…
al final me tocó perderlo.


miércoles, 17 de abril de 2019

ADIOS AMIGO AMADO

Un escrito hecho a un amigo cuya lealtad y afecto, por asuntos personales y ajenos a mi voluntad, nunca pude despedir de la forma en que hubiera querido. Adiós mi viejo del alma.


Tenía nombre de tango
tuvo carácter de fuego,
un pasado muy amargo,
y fue pobre de abolengo.

Fue mi amigo aguardientero,
caballo brioso y muy guache;
de parrandas compañero,
Que se llamó CAMBALACHE

Incomprendidos los dos,
apoyo y fuerza nos dimos;
hermanos en pasos malos,
siempre juntos aprendimos.

Pocas cosas lo asustaron,
nunca gustó de la fusta,
y bajo tierra quedaron
el brío y el alma adusta.

Ahora al cielo se ha ido
mi amado negro del alma;
mi amigo tan mal querido
descansa ya en plena calma.

Y se murió porque tuvo,
dejándome un gran vació.
Mejor que él nunca hubo,
mejor no pudo haber sido.

Y de su trocha y galope
restalla solo el recuerdo,
su corazón fiero y noble
dejaron al dueño en duelo.

Perdóname el abandono
¡yo nunca quise dejarte!
la tristeza ha hecho encono
¡ya jamás volveré a montarte!

Como te extraño mi negro,
te recuerdo con dulzura;
esperame pacientemente
donde el pasto verde perdura.

Espero que esté lejano
el día de verte otra vez,
se portará bien tu amo,
pa’a tu cielo llegar después.

miércoles, 10 de abril de 2019

Stella Polar, Stella de Belén

Apreciado lector, si después de haber leído los poemas de mi papá, los escritos míos se le antojan insípidos, arritmicos, o verdosos, no lo culpo, a mi me pasa lo mismo, pero ahora llegó el momento de rendirle homenaje a alguien tan importante en mi vida como él. 

Desde el nacimiento de este espacio de inspiración y desahogo, he realizado varios escritos dedicados a mi familia, “Carta a Francisca” es tal vez el texto más leído de todos ellos y, aunque no es el único, si he de reconocer que es una de mis mejores redacciones.

También hay otros en los que manifiesto mi amor y admiración por mis padres, hermanos, cuñadas (a quienes amo y admiro tanto como a sus esposos), hasta a primos y tíos les he manifestado mi afecto. Sin embargo, siempre he pensado, pero nunca materializado (hasta hoy), el texto que a continuación entrego; y es que lo he procrastinado para una “fecha especial”, pero me di cuenta que la mejor posición en el calendario es el hoy.


Stella Polar, Stella de Belén

No en vano se llama Luz, no en vano le dicen Lucero, pues alumbra en los momentos más oscuros, es guía, siempre visible, en las noches tormentosas, es sol de madrugada, es atardecer rojo, es mi madre tan amada, es brillo amable en los ojos.

Autores, muchos, han hablado, con mayor elocuencia y atino que los míos, sobre las virtudes de las madres y su amor infinito, sin embargo ninguno de ellos tuvo mayor fortuna, pues madre solo hay una, y como la mía ninguna, pero no aspiro a igualar a los grandes en su capacidad de escritura.

Quiero resaltar la fuerza de su carácter, por eso las nubes no la opacan, por eso siempre es guía cuando las tormentas atacan, y es que hay que estar forjado del mejor acero para manejar un hogar, con un esposo medio loco, tres hijos atravesados, y el menor bastante altanero. Para conservar la compostura, la fe y la esperanza, al lidiar conmigo, mis innombrables defectos, y falta de templanza. Pocas mujeres, de todas las que en el mundo han sido, han tenido personalidad más laboriosa, entregada, diligente, y preocupada, por su familia, por su entorno.

Es abuela, amorosa como ninguna, que dicha hubiera sido, gozar de una como ella, expresiva, afectuosa, enérgica, siempre noble y paciente, también un poco indiscreta.

Perdona madre que el texto no sea mejor, y no es que la inspiración me falte, es que las palabras no alcanzan para expresar el amor, gratitud y admiración que siento. Perdona también que no haya sido más extenso, pero quiero que sepas que, cuando sea grande, quiero ser tan fuerte y sabio como tú. No en vano te llamas Luz, no en vano te dicen Lucero.

jueves, 4 de abril de 2019

ROMANCE DEL CABALLO MALHERIDO - ANTONIO MEJÍA GUTIÉRREZ

Buenas noches mis lectores, finalizando el segmento de escritos de mi papá, les comparto aquel que me escribió a mi, muy diferente a los que le anteceden, pues este romance no fue escrito en tiempos cercanos a mi llegada, a decir verdad, fue escrito cuando yo ya había alcanzado la mayoría de edad, incluso recuerdo la tarde en que mi papá me lo dejó leer, recién salido de su maquina de escribir color verde pálido marca Remington; era el poema con que cerraba su último libro de poemas, aquel que nunca conoció la imprenta.

ROMANCE DEL CABALLO MALHERIDO

A MI HIJO SIMÓN

Toro de tigre y de lanza,
lanza blanca y homicida,
tejió con furia la sangre
en la mitad de su vida.

Caballo de Picadores:
de carga mas que de silla.
Como a los perros en Misa,
lo llenan de sinsabores.

Caballo de Picadores
con una humilde divisa
de cargador sin el pasto
en una infancia dolida.

Una montura de muerte
cubrió su mirada arisca.
Sus ojos, antes tan mansos,
fueron luz enceguecida.

Tapando el sol y la arena,
ocultas manoletinas.
Ataque de sombra y luto:
la Muerte, que largo estriba.

Caballo de pica y pala,
caballo de pala y pica.
Nunca acarició sus lomos
el amor de una mantilla.

De palo y rejo era el alba,
de rejo la anochecida.
De pena y palo era el freno,
y cuernos por banderillas.

Caballo de picadores,
de llantos la sin salida.
El toro de tigre y de lanza
le dio una mala embestida.

Caballo de Picadores:
Vida Triste y Malherida.