Ya se acabó el dolor
Pero aun no llega el olvido,
Se va perdiendo el temor
De no recuperar lo perdido.
La tranquilidad va llegando
De suave y sutil manera
Y la tristeza muriendo
En comunión con la pena.
Se hacen simples los versos
Libres de llanto y de bulla,
Ya no añoran los días viejos
En que mi vida era tuya.
Aunque es difícil lo admito
Escribir versos tranquilos,
Libres de rabia y de llanto
Sin extrañar lo perdido.
Lo que a mi mismo me abono
Es que mi canto nunca es feo
A veces ha sido brusco
Pero jamás altanero.
Lo único que lamento
De dar este gran paso,
Es la facilidad perdida,
De escribir versos baratos.
Y dejo en este poema,
Para emprender mí vuelo,
Un beso y un abrazo,
¡Pa’ que recojas del suelo!