domingo, 11 de agosto de 2013

Familia



Como todos mis lectores muy bien sabrán a estas alturas, tuve un papá maravilloso con el cual compartí muchas cosas, tuvimos una entrañable relación llena de complicidades, risa, y entendimiento, además mi papá ha sido siempre y será el hombre que más he admirado en el mundo. También saben que tengo una sobrina que es la luz de mis ojos.  Pero hoy quiero escribirle a mi familia, ese maravilloso circo humano de numerosos artistas,  cometido en el que no pienso hablar de nadie en especial ni contar anécdotas, a menos que de mi mamá y hermanos se trate, pues nombrarlos a todos sería tarea de nunca acabar, pues tengo 16 tíos y más de 40 primos hermanos, una suma considerable incluso entre nuestras numerosas familias de ascendencia antioqueña y caucana.  Nótese que en las cifras mencionadas no estoy contando tíos abuelos y políticos, ni primos segundos, ¡me volvería loco haciendo tantas cuentas!

Cuando empecé el primer borrador de este escrito parecía dando una declaración o escribiendo mi paupérrima autobiografía, razón por la cual deseché ese escrito de inmediato, pues pienso que si voy a hablar de este circo, que sea de una forma agradable.

Tengo una madre muy atenta, siempre pendiente que todo salga bien, además con un carácter tan dulce y tierno que una vez mató a un gato ensayando un regaño. Además tiene la memoria de un elefante afectado por la fase media de alzheimer.  Pero siempre me ha apoyado en todo. Lo que nunca le he dicho a mi mamá es cuanto la admiro, sobre todo por aguantarme y no haberme echado aun de la casa.

También tengo dos hermanos cuerdos y serios, de un sentido del humor más bien “light”,  uno de ellos muy respetuoso de la opinión ajena, y poco bromista, y el mayor, es el hombre más risueño y “derecho” que he conocido en mis escasos 28 abriles, además en los últimos dos meses su rectitud ha aumentado considerablemente. Desde que mi papá no está, me han acompañado y apoyado mucho,  se preocupan por mí y siempre me ayudan a encontrar el mejor camino en las situaciones que les he pedido su ayuda y consejo, como todos tienen sus defectos, pero son hombres sabios y buenos, cuando crezca quiero ser como ellos.
Ahora que pienso en este folclórico trio de personajes, me llega a la cabeza una ridícula frase que vi alguna vez en una película muy cursi “hay días en que quisiera matarlos, pero mataría por ellos cualquier día”.
Cabe anotar que la cordura familiar está heredada por el lado paterno, y la dulzura de carácter y buen sentido del humor afortunadamente se lo heredamos a los dos bandos.

Como ya mencioné anteriormente, tengo 16 tíos y tías, y dejando el sarcasmo de lado, nunca han sido muy expresivos, es más, uno de los miembros  más cariñosos de la familia soy yo, y en algunos momentos he sido más seco que la boca en un guayabo terciario. Eso sí, en su mayoría (pues todo hay que decirlo) han sido atentos, y si bien no hemos sido de palabras cálidas, si lo han sido con sus hechos y apoyo durante toda la vida, ya en los últimos años, algunos se han vuelto cálidos y otros agrios, los años no llegan solos.

Mis primos por su parte son una curiosa tribu de personajes, que en su mayoría por no decir que todos ellos, han tenido mucho mejor carácter que yo, lo cual me ha ayudado mucho a endurecer y formar mejor el mío, porque soy terco, y nunca me ha gustado darle gusto a los cansones, tengo especialmente un primo al cual agradecerle que ya nada en este mundo me asuste, él sabe quién es y que hizo. Primos mamones, a todos absolutamente todos los quiero mucho, me han sacado de quicio infinidad de veces por múltiples estupideces, pero la vida no sería la misma sin todos ellos.
Solo hablaré directamente de “Pepe” mi primo que murió “pendejamente” hace 10 años, un tipo de rabias fáciles, chistes estupendos y gran amor por el tabaco y el guarito,  mi inseparable compañero en ese entonces, hoy en día todavía extraño al hombre de vez en cuando, fue como mi siamés y tercer hermano.

Por la forma en que he hablado de mi familia muchos pensarían infinidad de cosas, no se engañen mis lectores, mi familia entera es lo máximo, son mis mejores críticos y mis fans más fieles,  de una forma u otra siempre han sabido apoyarme en todo, y a todos los quero, admiro y respeto completamente, a pesar de los altercados que haya podido tener con ellos en el pasado, o los deascuerdos actuales no concibo la vida sin este circo que siempre me mueve las fibras de la vida de alguna forma. Además de eso tengo unas pocas primas lejanas que están más buenas que 500 mil en aguardiente, tenía que mencionarlas aunque después haré un escrito dedicado solo a ellas pues tanta buenura lo merece.

La familia es lo mejor que me ha pasado en la vida, sobre todo mis papás, hermanos, sobrinas (la legitima y la adoptiva, de la adoptiva hablaré otro día) y como olvidar a mis dos cuñadas, hermosas mujeres a las que quiero como si de hermanas se tratara.

En palabras de mi papá: la familia es ese conjunto de individuos que a pesar de conocernos como nos conocen, nos siguen queriendo.

Un abrazo muy grande para todos.
                                                                                                                                             Simón Mejía Montes

domingo, 4 de agosto de 2013

El Problema de Escribir




Muchas veces me ha pasada (como el día de hoy) que cae las cinco de la tarde del domingo y aun no tengo lista la publicación del blog que acostumbro a hacer el mismo día a las 7 P.M., bien sea por falta de disciplina, de tiempo, también porque nada se me ha ocurrido o no completo a mi gusto los escritos que he iniciado en el curso de la semana, esta última me ha pasado un par de veces, (es el caso de los versos sueltos). Y créanme mis lectores, esto es muy difícil de admitir más que todo por vanidad.

Realmente una gran parte del problema radica en la vanidad. Por un lado, he adquirido una injustificada aversión a la crítica, y digo injustificada pues hasta la fecha no he sido criticado abiertamente con frecuencia,  me han hecho observaciones o criticas esporádicas, de resto es silencio del lector o elogios por parte de quienes mejor me conocen cuando hablan de los versos o crónicas que más les gustan. Ahora que lo pienso bien uno de los primeros miedos a superar en el ámbito de la producción literaria es el miedo a la crítica, y la única forma en la que puedo pensar es escribiendo hasta el cansancio.

Esto último plantea otro problema, y es que no siempre se sabe que escribir, muchas veces ni uno mismo sabe que le gustaría decir o leer, lo cual complica un poco las cosas, realmente las hace muy difíciles en algunas oportunidades, sin embargo, que sea difícil no quiere decir que se vuelva maluco, pues uno de los mayores placeres en mi vida es ver como el papel en blanco cobra vida a medida que las letras lo inundan de palabras y las palabras generan versos y frases que siempre traen detrás una idea. Esto es porque todo lo escribo a mano antes de pasarlo al blog.

También cabe anotar que poner un día a la semana con hora límite para la publicación no facilita el asunto, en esos bloqueos me acuerdo mucho de mi papá y su columna “La Cueva del Oso”  en el diario La Patria, la cual era publicada sin falta todos los sábados.  Es cierto que el muchas veces hablaba de política, talento que yo decidí no ejercer pues las opiniones políticas que tengo son difíciles de expresar, sobre todo cuando se mezclan tan profundamente con las convicciones personales que tengo sobre otros asuntos más íntimos. Hay un punto que no puedo dejar de lado y es  la longitud de los escritos, escribir en verso no siempre se facilita, y los escritos en prosa cansan al lector perezoso o que al igual que yo, prefiere leer en un buen trozo de papel y no en la agotadora pantalla de algún artefacto tecnológico.

De modo mi buen lector, usted que es la razón por la cual publico semanalmente mis escritos, téngame paciencia cuando días como hoy los escritos no salen tan buenos como los anteriores, esto se debe a que escribir y tener un tema o un poema que sea de mi agrado cada semana, no siempre es fácil, requiere de la inspiración y a veces del “lodo” necesarios para transmitir lo que se siente, y hoy por ejemplo solo siento frustración por no tener un escrito que me guste más que este, sin embargo siento que quiero compartir esto con usted.

Y así como les cuento esos miedos y frustraciones también en este último párrafo quiero contarles la alegría que me da cada semana las visitas que recibo, el mes de julio que acabamos de dejar atrás, es hasta la fecha el mejor mes en visitas que ha recibido Tras Las Orejas De Un Caballo desde que nació este proyecto con más de 700 visitas, me siento muy orgullosos de eso, pues quiere decir que mis lectores empiezan a compartir los escritos que les agradan (mil gracias por hacerlo), con tanto éxito que en este mes recibí más visitas de Rusia (donde no conozco absolutamente a nadie) que de Francia, España, Inglaterra y Alemania juntos, países donde tengo amigos y familia que me leen sin falta semana tras semana.

Gracias a todos los que me han apoyado y me seguirán apoyando en este proyecto, sobre todo a mi familia, amigos y novia que son amantes incondicionales de mi prosa y mis versos. Volveré la semana entrante.
                                                                                                                       Simón Mejía Montes