Este escrito no es mio, sin embargo lo comparto porque es a mi parecer el mas heroico de los poemas es un escrito del maestro Roberto MacDuall
¡ALLÍ
están! ¡ Ved !-En la altura
De la
elevada montaña,
Sobre las
armas de España
El Sol
levante fulgura;
Y bate la
brisa pura
El regio
pendón que un día
Sobre el
mundo se extendía,
Siendo el
asombro y espanto
Del
agareno en Lepanto,
Y del francés
en Pavía.
¡ Allí
están ! ¡ Ved !-Lentamente
Van por
las faldas marchando
Tres
columnas ondulando
Cual
gigantesca serpiente;
Y agita
el ligero ambiente
Los
altivos pabellones
Que á las
hispanas legiones
Arrancaron
la victoria
Sobre los
campos de gloria
De
Angostura y los Horcones.
Sube en
el Oriente el Sol,
Y al
alumbrar la montaña
Los dos
ejércitos baña
Con su
primer arrebol.
En la
cima el español,
Que sus
ventajas advierte,
Tras de
sus trincheras fuerte
Espera á
que el otro avance,
Y esté de
su arma al alcance
Para
lanzarle la muerte.
Y el
Patriota lentamente,
Con el
fusil en balanza,
Tranquilo,
impasible avanza
Por la
escabrosa pendiente:
Pues cada
soldado siente
Aquel
ardor sin segundo,
Aquel
anhelo profundo
Que en la
ruda lid inflama
Al que su
sangre derrama
Por la
libertad de un mundo.
Se oye de
pronto un rugido
Terrible,
estridente, seco,
Que es
mil veces por el eco
Del monte
repercutido;
Como
volcán encendido
El alto
cerro aparece,
Y entre
el humo que oscurece
Los
resplandores del sol,
El
pabellón español
Envuelto
desaparece.
A
torrentes la metralla
Lanza el
cañón enemigo;
Los
Patriotas sin abrigo
Van en
orden de batalla;
Y al vivo
fuego que estalla
Sobre la
alta serranía,
Sin
contestar todavía,
Siguen
redoblando el paso,
Pues si
es su pertrecho escaso,
Es mucha
su bizarría.
¡Y
avanzan ! Siempre adelante
Van esas
huestes tranquilas;
Si un
hueco se abre en las filas,
Hay quien
le llene al instante.
Mas de
pronto vacilante
Una
columna se pára
Como si
se intimidara
Ante el
fuego aterrador
Que sobre
ella, en su furor,
El
enemigo dispara.
El Jefe,
que tal advierte,
Veloz
como el rayo párte,
Y el
tricolor estandarte
Empuña
con brazo fuerte;
Y á
despecho de la muerte
Que en
las filas se pasea,
Lanzándose
á la pelea
Girardot
valiente exclama
Agitando
el oriflama
Que sobre
su frente ondea:
« ¡
Permite, Dios poderoso,
« Que yo
plante esta bandera
« Donde
se mece altanera
« La del
español odioso,
« Y yo
moriré dichoso
« Si tal
es tu voluntad !
« ¡
Compañeros, avanzad!
« Nos
espera el enemigo;
« Venid á
buscar conmigo
« La
muerte ó la libertad !»
Dice, y
lleno de osadía
Hacia las
trincheras párte
Agitando
el estandarte
Que es
del ejército guía;
Todos
siguen á porfía
Tras del
audaz granadino,
Y cual
fiero torbellino
Se lanzan
á la batalla
Sin que
pueda la metralla
Tenerlos
en su camino.
Avanzan
con ira fiera
Sobre la
enemiga tropa,
Apuntan y
á quema-ropa
Dan la
descarga primera;
Saltan
sobre la trinchera,
Y llenos
todos de saña
Allí, en
confusión extraña,
Se ven
luchar pecho á pecho
Los que
invocan su derecho
Y los que
invocan á España.
El humo
de los cañones
Oscurece
el limpio cielo,
Que ya se
asemeja á un velo
De
desgarrados crespones;
Y de las
detonaciones
Al
espantoso rugido
Se mezcla
el triste gemido
Que
lanzan los moribundos,
Y los
gritos iracundos
Del
vencedor y el vencido.
Es la
victoria segura,
Pero, ¿ á
qué precio comprada ?...
Sobre el
sol de esa jornada
Se
extiende una nube oscura,
Pues del
Bárbula en la altura
Por
traidora bala muerto
El Jefe
heroico y experto
Que
asegura la victoria
Cae en el
campo de gloria
Por su
bandera cubierto.
Bolívar,
ese coloso
Que en la
libertad se inspira,
Es alma
noble que admira
Todo lo
.que es generoso,
Llora al
héroe valeroso,
Y los
hijos de Granada
Piden la
primer jornada
Para
vengar como hermanos
Con
sangre de los tiranos
Aquella
sangre adorada.
Y
Girardot fué vengado;
Tres días
después en Trincheras
Sobre las
huestes iberas
Va D'
Elhuyar denodado,
Y cual
torrente lanzado
Desde
elevada montaña,
Lleno de
ardor y de saña
Se lanza
con sus legiones
Y recoge
hecha girones
La altiva
insignia de España!