miércoles, 17 de abril de 2019

ADIOS AMIGO AMADO

Un escrito hecho a un amigo cuya lealtad y afecto, por asuntos personales y ajenos a mi voluntad, nunca pude despedir de la forma en que hubiera querido. Adiós mi viejo del alma.


Tenía nombre de tango
tuvo carácter de fuego,
un pasado muy amargo,
y fue pobre de abolengo.

Fue mi amigo aguardientero,
caballo brioso y muy guache;
de parrandas compañero,
Que se llamó CAMBALACHE

Incomprendidos los dos,
apoyo y fuerza nos dimos;
hermanos en pasos malos,
siempre juntos aprendimos.

Pocas cosas lo asustaron,
nunca gustó de la fusta,
y bajo tierra quedaron
el brío y el alma adusta.

Ahora al cielo se ha ido
mi amado negro del alma;
mi amigo tan mal querido
descansa ya en plena calma.

Y se murió porque tuvo,
dejándome un gran vació.
Mejor que él nunca hubo,
mejor no pudo haber sido.

Y de su trocha y galope
restalla solo el recuerdo,
su corazón fiero y noble
dejaron al dueño en duelo.

Perdóname el abandono
¡yo nunca quise dejarte!
la tristeza ha hecho encono
¡ya jamás volveré a montarte!

Como te extraño mi negro,
te recuerdo con dulzura;
esperame pacientemente
donde el pasto verde perdura.

Espero que esté lejano
el día de verte otra vez,
se portará bien tu amo,
pa’a tu cielo llegar después.

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