Tenía nombre de tango
tuvo carácter de fuego,
un pasado muy amargo,
y fue pobre de abolengo.
Fue mi amigo aguardientero,
caballo brioso y muy guache;
de parrandas compañero,
Que se llamó CAMBALACHE
Incomprendidos los dos,
apoyo y fuerza nos dimos;
hermanos en pasos malos,
siempre juntos aprendimos.
Pocas cosas lo asustaron,
nunca gustó de la fusta,
y bajo tierra quedaron
el brío y el alma adusta.
Ahora al cielo se ha ido
mi amado negro del alma;
mi amigo tan mal querido
descansa ya en plena calma.
Y se murió porque tuvo,
dejándome un gran vació.
Mejor que él nunca hubo,
mejor no pudo haber sido.
Y de su trocha y galope
restalla solo el recuerdo,
su corazón fiero y noble
dejaron al dueño en duelo.
Perdóname el abandono
¡yo nunca quise dejarte!
la tristeza ha hecho encono
¡ya jamás volveré a montarte!
Como te extraño mi negro,
te recuerdo con dulzura;
esperame pacientemente
donde el pasto verde perdura.
Espero que esté lejano
el día de verte otra vez,
se portará bien tu amo,
pa’a tu cielo llegar después.
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