miércoles, 4 de marzo de 2020

Esperanza

Duré varios días gestando este escrito y me salió algo que considero bonito. Podrá parecer un textículo de auto-ayuda, y tal vez hasta lo sea, pero igual... Todos necesitamos algo de...

ESPERANZA

Cuenta la leyenda que cuando Pandora abrió la caja (o ánfora), de ella escaparon todos los grandes males que aquejan a la humanidad, bien sea en su fuero interno, como en su entorno natural, la cosa es que agazapada en lo profundo del recipiente quedó la esperanza.
Esta es la versión griega de la expulsión del paraíso, y aunque, como en otras tantas culturas, viene siendo una historia bastante misógina por decir lo menos, tiene fallas aún mayores.

Se dijo pues que el fondo, débil y sin aliento, quedó la esperanza en la dulce forma de un pajarillo desplumado. Tal avechucho fue contenido y no pudo escapar de la caja, al menos, eso dijo Pandora a los demás mortales.
No obstante, la leyenda ha sido mal contada desde que el tiempo es tiempo.

Si bien es cierto que el ánfora del cuento se abrió, no fue de manera voluntaria, lo primero que hay que aclarar es que se rompió junto con otras tres materas en la mitad de un trasteo y por culpa de los coteros que, teniendo las manos ocupadas, se pusieron a tomar vino.

Lo segundo y más importante, es que la esperanza no era ningún animalito desplumado, todo lo contrario ¡era el elemento más poderoso que había en vasija! Realmente, la segunda fuerza del universo. Los males todos juntos, estaban allí apresados solo para poder contener (y a duras penas) la inmortal naturaleza del Fénix. Oh si, el Fénix.

Y es que tiene sentido, un ave inmortal que nace de sus propias cenizas, brilla con intensidad astral, está hecho de fuego puro, se reinventa en cada muerte, es una de las tantas materializaciones de la idea del amanecer, la promesa de una mejora, el anuncio de un nuevo día.

Entre los más de 6 mil millones de habitantes que hay en la tierra… ¡cuán pocos son aquellos que pierden por completo la esperanza! Incluso entre tantos males; aun con una humanidad tan podrida.

Muy pocas veces la Esperanza muere realmente, para ser olvidada y no volver jamás. Para ello además es necesario que en un solo humano confluya la materialización de lo que este considere “todos sus males”, de lo contrario seguirá peleando, batallando como gato panza arriba para volver a salir a flote (que paradójico que “se salga a flote peleando como gato” lo sé).

La esperanza y el amor son lo que más nos mueve, en muchas ocasiones es la misma esperanza del amor o por el amor, bien sea de amores idos cuyo regreso anhelamos, o de amores nuevos que ansiamos ver llegar.
En conclusión, la esperanza es nuestro eterno ánimo de lucha, el ansia de dar a cada día la batalla hasta que en un suspiro final nos derroten los males o nos ganen el tiempo y la vida.

Me despido pidiéndoles que nunca dejen morir sus fénix, que no se rindan y que aguanten, que de alguna manera sepan que siempre HAY ESPERANZA, y les confieso, que sí, aunque muchas veces la he visto agonizando en el rincón oscuro del corazón, la mente y el cuarto, a pesar de la oscuridad de mis días, siempre la he visto renacer, bien sea por mí mismo, o porque poco antes del amanecer un angelito guardián en forma de familiar, novia, o amigo me ha ayudado. Incluso hoy, con tanto perdido, con tanto en contra, y todo lo fallido, el Fénix nace de sus cenizas, pero todavía está desplumado y descolorido.

*nota del autor: me encantaría saber quienes son mis lectores en Irlanda.

3 comentarios:

  1. Ya lo había leído, y aunque parezca trivial traigo a colación a "campanita" y así debería ser soñar, creer, no perder la esperanza y dejar salir el niño que llevamos dentro!https://www.youtube.com/watch?v=TPNqSo8nuEE
    https://youtu.be/TPNqSo8nuEE

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  2. Gracias Tita! Amo tus incondicionales comentarios en mis publicaciones

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  3. Lectura tardía... porque soy de las que comienza a leer la revista desde el final. Cuando me encuentro confundía suelo venir a leerlo. Porque sus textos siempre tocan tan de cerca ese pensamientos, sentimiento o acción que tanto me perturba de momento. Gracias por eso padrino.

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