Para hoy les tenía preparado un texto de
esos que algunos denominan “poemas libres”, la verdad es que el mismo nunca
verá la luz del día pues, ya una vez entrado en su revisión, me pareció un
bodrio.
Por lo anterior, me dediqué a verificar
otros textos que tenía en el tintero, y no encontré nada que me gustará, todos
me supieron igual, la mitad expresando admiraciones trasnochadas, u optimismos
ya descritos; otros tantos, dolores vinagres y rancios, ya superados,
completamente ahogados en mares de inconsistencias y ríos de tiempo que se los
llevaron a las costas del ostracismo.
He estado aprovechando el tiempo para
trabajarle a mi novela, posiblemente por aquello que han dicho a cerca de
Shakespeare y el Rey Lear; cabe reconocer honradamente que si bien no tengo, ni tendré nunca, el talento
del juglar inglés, es la mejor forma de matar el tiempo en estos días de
encierro obligado. Posiblemente entre vuelos de imaginación, e interminables
lapsos de redacción, se me vengan a la cabeza escritos diversos, y de la
longitud adecuada, para mis 4 asiduos lectores digitales que, armados de su
celular, no capan la lectura semanal en mis pequeñas temporadas de producción pública.
Ahora bien, un amigo me recomendó
escribir sobre la situación política actual, cosa que en parte me atrae. No
obstante, y ya lo he manifestado varias veces, en cuanto yo ejerza algún tipo
de servicio público, considero lo mas pertinente no inmiscuirme en tales asuntos,
mis opiniones políticas me las guardo. ¿Por qué? Porque la lengua es el azote
del culo.
Finalmente, tampoco tengo escritos que, siendo algo diferentes a los desechados, hayan pasado por los filtros necesarios para ser publicados con una redacción medianamente aceptable y algo de decoroso sentido literario, pues nunca publico nada que no lleve al menos una semana de maduración.
Así pues, la publicación de hoy (que la
hago más por respeto a mis lectores sinceros) no es de autoría mía, pero
si lo es su traducción; la comparto porque uno de mis poemas épicos y trágicos favoritos. Tal vez
del mismo pueda salir algo de utilidad para reflexionar en estos días aciagos.Si nó, seguro que despertará admiración en algunos, al saber que es un canto realizado en homenaje a 600 valientes jinetes del ejercito inglés que dejaron todo en la Batalla de Balaclava, un fatídico 25 de octubre de 1854.
La dejo en orden inverso, primero la traducción y posteriormente el original.
-The Charge of The Light Brigade- (La Carga de la Brigada Ligera) - por Alfred, Lord Tennyson.
I
A media
legua, a Media legua,
A
media legua adelante,
Hacia
el valle de la muerte
Cabalgaron
los seiscientos
“¡Avance
la brigada ligera!
¡Carguen
hacia las armas!” él dijo.
Al
valle de la muerte
Cabalgaron
los seiscientos.
II
“¡Avance
la brigada ligera!”
¿Hubo
un hombre consternado?
No,
aunque el soldado supiera
Que
alguien había cometido un error
No
les compete replicar
No
les compete razonar
Solo
pueden hacer y morir
Hacia
el valle de la muerte
Cabalgaron
los seiscientos
III
El cañón
a su derecha
El cañón
a su izquierda
El cañón
en frente de ellos
Dispararon
y tronaron,
Los
asaltaron con tiro y metralla.
Osados
cabalgaron y lo hicieron bien
Hacia
las fauces de la muerte
Hacia
la boca del infierno
Cabalgaron
los seiscientos
IV
Brillaron
sus sables desnudos
Brillaron
al girar en el aire
Sableando
a los artilleros
Cargando
contra un ejército, mientras todo el mundo esperaba.
Sumergidos
en el humo de las armas
A
través de la línea quebrada;
Cosaco
y ruso retrocedieron
Rebanados
por el golpe del sable
Destrozados
y divididos
Entonces
ellos cabalgaron de regreso
Pero
no, no los seiscientos.
V
El
cañón a su derecha
El
cañón a su izquierda
El
cañón tras de ellos.
Dispararon
y tronaron,
Los
asaltaron con tiro y metralla
Mientras
caballo y héroe cayeron
Aquellos
que pelearon tan bien
Salieron
de las fauces de la muerte
Regresaron
de la boca del infierno
Todos
lo que quedaban de ellos
Los
restantes de los seiscientos.
VI
¿Cuándo
puede la gloria desvanecer?
¡O la
carga salvaje que cometieron!
Todo
el mundo se lo preguntó
¡Honren
la carga que hicieron!
¡Honren
a la Brigada Ligera!
¡nobles seiscientos!
-The Charge of The Light Brigade- by Alfred, Lord Tennyson.
I
Half
a league, half a league,
Half
a league onward,
All
in the valley of Death
Rode
the six hundred.
“Forward,
the Light Brigade!
Charge
for the guns!” he said.
Into
the valley of Death
Rode
the six hundred.
II
“Forward,
the Light Brigade!”
Was
there a man dismayed?
Not
though the soldier knew
Someone
had blundered.
Theirs
not to make reply,
Theirs
not to reason why,
Theirs
but to do and die.
Into
the valley of Death
Rode
the six hundred.
III
Cannon
to right of them,
Cannon
to left of them,
Cannon
in front of them
Volleyed
and thundered;
Stormed
at with shot and shell,
Boldly
they rode and well,
Into
the jaws of Death,
Into
the mouth of hell
Rode
the six hundred.
IV
Flashed
all their sabres bare,
Flashed
as they turned in air
Sabring
the gunners there,
Charging
an army, while
All
the world wondered.
Plunged
in the battery-smoke
Right
through the line they broke;
Cossack
and Russian
Reeled
from the sabre stroke
Shattered
and sundered.
Then
they rode back, but not
Not
the six hundred.
V
Cannon
to right of them,
Cannon
to left of them,
Cannon
behind them
Volleyed
and thundered;
Stormed
at with shot and shell,
While
horse and hero fell.
They
that had fought so well
Came
through the jaws of Death,
Back
from the mouth of hell,
All
that was left of them,
Left
of six hundred.
VI
When
can their glory fade?
Oh the wild charge they made!
All
the world wondered.
Honour
the charge they made!
Honour
the Light Brigade,
Noble
six hundred!
Mi querido Simón a lo tuyo, a honrar tu inspiración, tu musa, tu imaginación, tu creatividad, tu intuición, y tu vena porque lo que se heredada no se hurta... Deseo seguir agradeciendo al innombrable que se hace cómplice con el aislamiento para que termines tu novela! Te quiero con el corazón!
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