miércoles, 1 de mayo de 2019

Bosques de Besos


Me acordé de ti, o tal vez nunca te he olvidao. De pronto, en los ratos grises, me he sentido cansao; hastiado de tanto verte nacer, o morir de tanto en tanto, pues como dijo Manuel “nacemos y morimos a cada rato”. Me acuerdo siempre de ti, con ese escote esperanza, del brillo de tus ojos, y de un atardecer que, encaprichado contigo, de tu pelo nunca se fue.
  
Me acordé de ti, o tal vez nunca te he olvidao, pues se me pierde el olvido, y vuelvo a recordarte, añejándome los besos que están en ninguna parte, echando semillas nuevas, no paran de retoñar; y me olvido de olvidarte cuando veo los nuevos brotes, hijuelos de besos formando bosques que a lo peor nunca podré darte. Verdes como tu blusa, les limpio todo el rastrojo, que no es más cosa que el enojo de no saber conservarte.

Me acordé de ti, o tal vez nunca te he olvidao. Madre del amor ido, de lo que pudo ser y no quiso ¿será que nació cansao? ¿O le dio miedo ser vivido? Y el olvido también se acuerda de aquella voz tan única, de tu sonrisa salvaje, tan brillante, y homicida, que al verla se espanta la muerte, huyendo despavorida.

Tal vez ya nunca te olvide, eres raíz del recuerdo, lamento callado tu ausencia, odiándome por ser tan lerdo. De pronto a última hora, el recuerdo se haga presencia, y de verde, como esa tarde, vengas a cerrar tu ausencia, a vivir todos los días, cansada también de nacer, o morirte a cada rato.


No hay comentarios:

Publicar un comentario