lunes, 18 de agosto de 2014

Odio

Tan lejos de Dios, tan lejos del diablo, tan lejos de ti y perdido entre las sombras, perdido entre las sobras de ese amor que no fue, de ese amor que mendigué, de todo lo que hicimos y del tiempo perdido  por lo que no se hizo, odiando tanta melancolía porque no la mereces, odiando el seguir queriendo que en cualquier momento regreses.

Odiando tantos recuerdos, odiando tanto silencio, odiando estas murallas que se ríen porque no te tengo. Odiando mi bondad, odiando mi nobleza, y sobre todo el tiempo que pasa y tu nada que regresas. Odiando el quererte tanto, y no dejar de pensarte, es que ojalá fuera fácil encontrar como olvidarte.

Aún no llega el cansancio, mucho menos la buena suerte, pero lentamente se van perdiendo las ansias de tenerte. Y entre tantas cosas que odio, y tantas vainas perdidas, no pudiste dañarme las dos que son más queridas, pues sigo amando a mi caballo, y más que a el: ¡A MI FAMILIA!

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