miércoles, 7 de marzo de 2012

Historia de un joven Wargo


Arde el mundo en proporciones desmedidas
Solo los valientes sembraran sobre sus ruinas,
Se incendia por los estragos causados por el miedo y la pereza
Infortunios metidos en la gente que tiene el alma tiesa.
Surgen de las profundidades ráfagas y llamaradas
Provenientes de alguna guerra que los enanos libraron contra las hadas.

Mueren paulatinamente la sobriedad y las razones,
Y a su vez el fuego acelera el regreso de los dragones.
El cachorro de lobo esta creciendo, se transforma en esplendida bestia,
Y la bruja va muriendo con la herida bien abierta.

Se oyen gritos de guerra en la eterna cordillera,
Los enemigos del joven lobo ruedan inertes por la ladera.
Con la muerte llega la vida, cae el día llega la noche,
Y bajo la luna llena un festín para la bestia en su derroche.
Se alimenta de los caídos que dejaron solos sus nidos,
Por perseguir al animal, por desear su pellejo,
Pero el lobo aunque no sea zorro, ni es flojo ni es pendejo.
Tiene lleno de sangre el morro, y un corazón de fuego negro oculto en el ancho pecho
Para dar calor a la manada, y atender como se debe al enemigo que esté al acecho.

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