miércoles, 19 de junio de 2019

Intro

Estimados lectores, en esta oportunidad les presento lo que es el texto introductorio a mi proyecto mas alargado y aplazado, hoy lo publico con el único objetivo que lo lean y me remitan sus opiniones o sugerencias a través de los mensajes directos que ofrecen las redes sociales. Espero que lo disfruten. También anuncio que posiblemente esta sea la penúltima o última publicación de esta temporada, aun no me decido. Un abrazo para todos.

INTRO

Las sombras crecen, lo siento en mis huesos, y en un apartado rincón de mi mente (al cual no me gusta mirar con frecuencia) veo como lo hacen. La tierra está cambiando, los sucesos así lo indican. Todo se agita por ratos, para luego entrar en calma, esa misma calma que precede a las tormentas salvajes, es un silencio inquietante, tenso como cuerda esperando el filo del cuchillo.

Desde mi morada transitoria y etérea, observo sin descanso lo que sucede en mi mundo, atento, presto a responder el llamado de los dioses cuando llegue mi momento de regresar una vez más. Yo no soy uno de ellos, tampoco soy un mesías, soy un descuido de los tiempos antiguos, una profecía que salió patas arriba; ahora debo pagar eternamente por la negligencia de mis creadores, y por las decisiones que tomé en mi primera vida. Condenado a regresar cada vez que el poder que alguna vez hizo parte de mí, ahora transformado y maligno, ronda la tierra.

No los culpo, nunca más podrán crear a otro como yo, soy el guardián, la antorcha que mantiene a raya las sombras. Tal vez así lo querían ellos en realidad, tenerme como un seguro para restaurar el balance cuando pierden control sobre el mundo.

Habito en un lugar pacifico, muy similar a lo que alguna vez fue mi hogar, rodeado de amplios y verdes prados donde mi único y fiel compañero en este exilio, mi leal y brioso caballo Narck, pasta alegremente; mientras yo contemplo el desarrollo de todos los acontecimientos en el mundo (en todos los mundos). Mi compañero también parece sentirlo, cada vez lo veo más inquieto, galopando de un lado a otro con la cola al aire cual si fuera un estandarte de guerra, su crin dorada y frondosa agitándose con el viento que lo acompaña en su veloz carrera, sus alas de fuego se extienden para recordar su elasticidad, y del cuerno de su frente, negro como la noche, duro como espinas de dragón, brotan centellas que en medio de la oscuridad interrumpen mi sueño con su tronar estridente y seco; parece que en su correr, cada vez más constante, está preparándose para lo que nos espera. Por mi parte yo nunca he dejado de hacerlo, siempre esperando el momento, siempre listo, presto a atender (como ya tantas veces lo he hecho) el llamado superior. Cada que esto pasa es igual; un escalofrío me estremece, mis espadas brillan con la intensidad del sol cantando su dulce y salvaje melodía anhelantes de sangre, y mi armadura habla suavemente ofreciendo su protección, entonces es cuando sé que ha llegado el momento. Mi eterno amigo relincha de emoción pues es valiente, temperamental y noble, ama las batallas, es un verdadero ser de guerra. Monto sobre él con la misma agilidad de siempre, y una vez sabe que estoy firmemente sentado sobre su lomo, despliega sus llameantes alas saltando hacia el infinito.

Hoy les contaré mi historia, aquella sobre profecías y decisiones, la misma que me condenó a permanecer entre el mundo de los vivos y los muertos, en un limbo indefinido observando que ocurre en la tierra, añorando las comodidades del cielo, y a veces hasta los tormentos de los veinte infiernos, obligado a permanecer en mi mansión solitaria, solo para volver a la vida cuando los dioses me llaman.

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