miércoles, 12 de junio de 2019

El Héroe Ignorado


Mi familia, en especial mamá y hermanos, ya están cansados de leer mis poemas, y como en esta temporada ya compartí varios escritos de ajena autoría, decidí redactar este texto de carácter reflexivo, ya que hace días tenía la idea en el tintero. Espero que les guste y, sobre todo, que les sirva.

El Héroe Ignorado

En la crianza obtenida en casa, mis padres siempre se ocuparon de inculcarnos la importancia de los valores, todos esos que ellos poseen y que no pienso enumerar en esta oportunidad; siempre nos aconsejaron así como  dieron ejemplo para que supiéramos lo que realmente era bueno, justo, sensato, y honesto. La diferencia radicó en sus personalidades, mientras mi mamá ha sido siempre una mujer práctica, aterrizada, y consecuente, mi papá era mucho más “defectuoso” y un romántico incurable, en mi caso particular (no sé si lo mismo ocurrió con mis hermanos, pues cuando yo nací ya llevaban varios años de crianza) mi papá tuvo a bien hablarme sobre las proezas de los grandes héroes de la historia, Bolívar, San Martín, Miguel Hernández, Marco Aurelio, Gaitán, Benito Juárez, David Crockett, Jim Bowie, Epifanio Mejía, Leónidas, Alejandro Magno y Arafat.

Para mal vivir de mi amada madre y admirados hermanos, heredé muchos defectos de mi papá (mas no su habilidad con las letras) pero no tantas las virtudes de mamá y hermanos, y entre tantos legados paternos recibí el romanticismo y admiración por los héroes de antaño, aunque no necesariamente sus mismos ídolos.

En mis listas se cuentan principalmente al Capitán Von Richthofen, Syla (general romano), José Hilario López (abolió la esclavitud en Colombia 12 años antes que Lincoln en U.S.A.), Oliver Cromwell, Aníbal (héroe de Cartago), el Príncipe Vlad, El General Hermógenes Maza, Robert Edward Lee, y el gran Yasir, este último y algunos otros los comparto con mi viejo.

Notará usted querido lector que en mi lista no hay muchos nombres que puedan ser recordados por el mas distraído estudiante, ello porque mis héroes no son convencionales, todos ellos hicieron cosas grandes, y cosas terribles, pero compartían algo en común, la fuerza de sus convicciones. Por ejemplo el general Lee; yo no me considero racista, no lo soy, mucho menos partidario de esclavistas, sin embargo hay que admirar la pericia política y militar de este hombre, confederó una cantidad considerable de estados, defendió con saña y valor sus ideales, y por el peso de ellos plantó cara durante tres años a un ejército que estaba mucho mejor armado y poseía la ventaja numérica (por si no lo sabe, le cuento: para la época de la guerra de secesión, las industrias manufactureras, por ende las fábricas de armas, y los grandes asentamientos de los Estados Unidos de America se encontraban en el norte del país)… no queda más que admirar a tal personaje por lo ya manifestado, aunque no por sus inclinaciones explotadoras.

Como iba diciendo, estos no pueden ser catalogados como héroes convencionales. Siempre se ha sabido que la historia es escrita por los vencedores, raras veces cuentan las verdades de los vencidos, y en mis listas personales, los segundos son muchos más que los primeros. Por eso, pocos recuerdan quien fue Richthofen, o saben quién era Vlad (aunque el cine le ha dado fuerza en los últimos años), o tengan en cuenta las verdades de Maza quien, pese a ser vencedor, no es recordado por su inactividad política; mucho menos le dan al comandante palestino la importancia que merece, tanto así que quienes hasta la fecha han sido “los ganadores” en ese conflicto, lograron borrar a su estado de google maps.

Sin embargo a mí, y a muchos, se nos olvidó que debemos tener un héroe principal (y tranquilo que no me voy a poner religioso), pero ¿a cuántos nos han enseñado a admirarnos a nosotros mismos?

Olvídese por un momento de la falsa humildad con la que se tapa todas las mañanas, deje a un lado ese cuento de sentirse igual a los demás, simplemente obsérvese objetivamente, mire su vida, y considere si las cosas por las que ha pasado son dignas de admiración.

Tal vez estará pensando que, viéndolo de esa forma, todos, o la inmensa mayoría, son dignos de la admiración, si es así, permítame decirle que lo mismo opino yo. Vivir en el mundo que nos ha tocado es una muestra inquebrantable de valentía, sobreponerse a los golpes de la vida, es la mayor prueba de fortaleza; incluso el suicida, en su pérdida de toda esperanza, ha de ser muy aventado para ser capaz de buscar la otra vida. En lo particular no admiro a los delincuentes por los actos cometidos, pero si la resistencia que se debe necesitar para sobrevivir al presidio.

Sería bueno saber ser nuestros propios héroes ¿no?, admirarnos honradamente por la fuerza de nuestras convicciones, la capacidad de aguante, el empuje para salir adelante, así se salga a rastras. Ninguno de los grandes (ya sean renombrados o se encuentren en la verja del olvido) llegó a la cima solo, así que no se demerite por la ayuda que a veces recibe, por verse derrotado, bien sea todos los días o de vez en cuando. Si puede hacerle fuerza a un equipo de futbol que va de último en la tabla (compuesto por más de 20 arepones que ni conoce), hágase fuerza a usted mismo, así esté “por descender a la B”, en ese caso recuerde que el pseudoascenso siempre será posible, y NUNCA se compare con NADIE.

Tal vez este texto lo haya escrito como una forma de sobrellevar mi situación actual, como un monologo que desde hace años debí de sostener en la oscuridad de mi cuarto, sin embargo, ahora que usted lo lee, piense en lo que le digo, admire a su prójimo, pero sobre todo, empiece a alentar, considerar y amar a su propio héroe ignorado, no importa si éste no es convencional, sigue siendo un adalid, al fin y al cabo.


1 comentario:

  1. Primero renovar mi admiración, segundo contradecir tus primeras lineas, la verdad no creo que tu familia esté cansada de leerte.. qué tal? Tu mi Simón favorito eres motivo de orgullo.. a veces como las humildes gallinas hay que cacarear! Entonces en la oscuridad de tu cuarto que no es total porque seguro tu luz ilumina el espacio que te rodea, independiente que sea de día o de noche siempre brillas con luz propia!Y si de héroes hablamos.. mejor ni hablemos!Para mi eres héroe del valor literario, héroe del bienvivir con humor, héroe de la lealtad, y así podría seguir
    nombrando mas postulados de tu
    heroísmo, imaginar a los 8 años "burros que rugen como leones" es
    un heroísmo de la improvisación! mira nada mas, no tienes idea cuantos anónimos te tienen idealizado!

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