jueves, 1 de enero de 2015

La Media Caña



Recibir el año con trabajo y oportunidades es una bendición, más si se espera una noche solitaria y en cambio se tiene una muy buena compañía que inesperadamente ofreció su amable hospitalidad.

Anoche (31 de diciembre del 2014) ejerciendo mis funciones de abogado externo de la compañía de seguros MAPFRE, me vi en la obligación de pasar la velada en estado de peligrosa sobriedad ya que me encontraba en turno de disponibilidad para atención de siniestros.

Por cosas de la vida, terminé donde los más amables vecinos que alguien pueda tener (los míos), cosa que me animó bastante pues estaba enteramente convencido de pasar un solitario 31 de diciembre. Y a pesar de la moderada ingesta de licor por parte de mis amables anfitriones y su familia, la diferencia se hacía notoria en cuanto al estado anímico que el radical OH  induce. A medida que la noche avanzaba y me comunicaba con familiares y amigos, iba reflexionando sobre ese mundo fantástico en el que ellos estaban ingresando y para mí era cada vez más distante; El maravilloso mundo de LA MEDIA CAÑA, ese etílico e idílico universo en que todo crece en agrado y  se ve mucho más hermoso, momento de la bebeta en que la lengua aún no se empieza a trabar pero el individuo que anda de juerga se convierte en el papá de Batman y Superman, el Putas de Aguadas o el Tigre de Amalfi. Ese fabuloso estado donde hasta un pendejo superlativo por antonomasia pierde la timidez, crece la soltura al expresarse, y todos hablamos mierda con la convicción de la absoluta verdad. Donde el bullicio no incomoda sino que hincha el corazón. Ese estado ideal que solo se puede comparar con el enamoramiento y la paternidad.

Todos aquellos que aman la fiesta y el licor, ya sea en una reunión de alta alcurnia, condición y sociedad, o en un lupanar de extramuros donde le dicen a uno “Mi amor” sin conocerlo, saben de qué hablo, se identifican y reconocen en mis palabras la verdad. Por eso en nombre de todos solo puedo decir: ¡AH LINDA MEDIA CAÑA! ¡NUNCA LLEGUES A FALTAR!

No me mal interprete querido lector, si alguien tuvo un feliz fin de año, ese de seguro soy yo. Aunque no me pienso tomar el trabajo de brindar una explicación. Pero hay que reconocer con sinceridad profunda, que la media caña para cualquier tipo de jolgorio social es la materialización de la felicidad. Como dice algún sabio señor cuyo nombre nunca he sabido: “ de los mejores estados de la vida es estar jalao y/o enamorao”

Feliz año para todos, lleno de Medias Cañas y muchas otras cosas mas

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