lunes, 10 de junio de 2013

Xiomara y su talento.



Pagando viejas deudas
Y recordando experiencias raras,
Hoy hablo de una señora
Que me presentó Nico Saravia

Tiene por nombre Xiomara
Y habla con los caballos,
Unos le tienen fe ciega,
Otros piensan que es carretazo.

Yo haré justicia a la dama,
Pues la envidio plenamente.
Pudo hablar con Cambalache,
Se lo agradezco enormemente.

Con estos versos de poca rima, empiezo el escrito de la mujer que habla con los caballos.
La conocí una tarde de enero, gracias a la inmediación de Nico Saravia, quien tiene la fortuna de ser su amigo, y la había recomendado plenamente a mi hermano y varios amigos más.
Luego que ella hubiese hablado con Amora (la yegua de mi hermano) y otros cuantos semovientes le llegó el turno a “mi muchacho”.
Me limito a decir únicamente que envidio el talento que tiene esta mujer para hablar con los caballos. Ignoro cuál frecuencia de radio usa o por cuales canales lo hace, (si supiera cuales son yo mismo los sintonizaba).  Pero encuentro impresionante la facilidad que tiene para conocer cosas de un caballo que nadie le ha contado, que no tendría por qué saber.
Yo quisiera hablar con mi caballo para saber que tan buen contertulio es sobre todo cuando estoy de cabalgata, fácilmente él podría ser tan buen critico de belleza femenina  como lo son mis amigos, incluso mejor, pues Cambalache a diferencia de los humanos no sufre en la mitad de la ensillada los efectos del embellecedor aguardiente.

Desgraciadamente no puedo hacerlo, sin embargo, pude a través de la ya mencionada, conocer un poco del negro pasado de mi Cambalache. Descubrir que cosas le gustan, y aquellas que le molestan y me enteré gracias a ella que ambos nos sentimos igual de afortunados por pertenecernos mutuamente.

Posiblemente muchos de mis lectores pensaran o me dirán que he sido embaucado, o soy un crédulo sin remedio, sin embargo pocos de ellos han presenciado las conversaciones de Xiomara con los caballos. Y de aquellos que como yo han tenido la fortuna, son más los que como yo se sienten asombrados y conmovidos por este talento.

Existen muchas anécdotas y cosas que podría contar y decir, pero me quedaría corto con ello, por eso cierro este escrito manifestando una vez más que envidio a Xiomara y su talento.

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