En los últimos días me ha dado por hojear algunos textos de
autosuperación escritos por los más reputados autores de este absurdo género,
confieso que únicamente los he hojeado pues su densidad literaria es suficiente
para anestesiar a una ballena después de tres páginas seguidas de lectura.
Y la conclusión es muy sencilla, estos libros han sido
escritos para personas incapaces de cambiar, personas que no contentas con su
soberbia producida por un gran ego y una carencia gigante de autoestima, buscan
la aprobación de su ser en las castrantes páginas de estos escritores
mediocres. Castrantes porque se limitan a consejos de eliminación de la vida
cosas que sean “poco saludables”. Y sus incautos lectores dejan que con ello se
mutile el sentido de lucha, de cambio, de amor, de tolerancia y de respeto que
le dan sabor a la vida.
Son libros que validan cualquier conducta que llene al
lector de autosatisfacción, sin impulsarlo a un verdadero crecimiento, a una
lucha interna que los nutra como seres humanos, solo un simple enfrentamiento
externo con patrones de conducta definidos.
Y me llegó la inquietud: ¿es esto autosuperación?
Después de un buen debate interno, llegué a la conclusión
que les expongo:
No está ni lejos de serlo, la autosuperación no es
validación propia de las conductas existentes, ni es un incremento del amor
propio por medio de frases que no traen consigo el espíritu de lucha necesario
para crecer.
La autosuperación se encuentra en la admiración, en la lucha
por crecer y creer, por ver en aquello que aunque no sea tangible, el impulso
para cambiar o aumentar los comportamientos y las conductas. Es por eso que el
ser humano, trabajador e inquieto se supera a si mismo cada día, pues busca permanentemente
seguir avanzando y buscando la plenitud pese a los golpes recibidos. Nadie se
supera a sí mismo en la mediocridad de su ser inmutable.
Se ha convertido además en vicio de las personas atribuirle
frases de autosuperación a genios intelectuales como Chaplin o Einstein,
personas que mantenían un sentido filosófico tan elevado, que estaban por
encima de esas pequeñeces, que crecieron
a la sombra de otros grandes y que en su vida trataron de emularlos hasta
llegar a ser más grandes que ellos.
¿Qué pasó con la admiración romántica? Vlad, Robin Hood, Los
Mosqueteros, Romeo, Julieta, Hamlet (aunque haya muerto loco) Cleopatra, Julio
Cesar, Von Richthofen, o El Rey Arturo, los ya mencionados genios Chaplin y
Einstein. Personajes históricos o literarios que impulsaban a la humanidad a
crecer y creer, a dar la lucha pese a los golpes y defender ideales más grandes
que el mismo hombre.
Me decepciona en realidad que el ser humano con toda su
capacidad de imaginación, creación y crecimiento, caiga tan bajo. La única frase de Autosuperación que me
parece valida es: “la vida no son los golpes que das, son los golpes que
recibes y sigues avanzando, así es que se consagra la victoria”- Rocky Balboa
Dios y mis ídolos me libren de caer en lo mismo.
Hay tu verdad, la verdad del otro y la mía, y si a muchos les sirve ni modo!
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